sábado, septiembre 30, 2006

Felipe Díaz Garza
Vaya compromiso

Como lo hizo con la toma del Zócalo y de la avenida Reforma por las fuerzas de Andrés Manuel López Obrador, el presidente de la República ha rechazado sistemáticamente intervenir en la toma de la ciudad de Oaxaca por las fuerzas de la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO).

Las secuelas de ambos casos son tremendamente costosas. En Oaxaca, donde el conflicto sigue vivo y en ebullición permanente, continúa la parálisis de la infraestructura turística, primera y prácticamente única fuente de ingresos de la mayoría de los oaxaqueños, así como el colapso del sistema escolar por la ausencia generalizada de los maestros a sus clases.

El presidente Fox se ha negado a atacar frontalmente el problema de Oaxaca que, a estas alturas del enfrentamiento de la APPO con el gobernador Ulises Ruiz, parecería que sólo puede ser solucionado por la fuerza.

De hecho, el Congreso y el gobierno del estado y las instituciones sociales que representan a la otra parte del pueblo de Oaxaca y de México, entre ellas la Coparmex, el CCE y la Canaco, han pedido al Presidente que intervenga y actúe en la entidad de la que la APPO se ha apoderado prácticamente.

Quieren que Fox utilice la fuerza pública, ya sea la Policía Federal Preventiva o el Ejército, para desalojar a los invasores y recuperar las escuelas, las calles, las plazas y los edificios de la antigua Antequera.

El problema está en que nadie quiere realmente comprometerse, excepto los invasores que han demostrado su compromiso tomando la plaza, como lo hicieron los perredistas que apoyaban en el Zócalo y en el Paseo de la Reforma las demandas de López Obrador.

El secretario general de Gobierno de Oaxaca, Heliodoro Díaz, por ejemplo, demandó esta semana al gobierno federal actuar en consecuencia contra la APPO, cuyos efectivos agredieron al periodista Ricardo Rocha y secuestraron al presidente del Congreso, Bulmaro Rito.

El secretario definió lo sucedido como "acciones vandálicas que nos quieren llevar a la confrontación, a la violencia, a la provocación; el Estado debe aplicar el marco jurídico y debe aplicar la ley", dijo Díaz, pidiendo además al gobierno federal que "en el marco de lo que ha visto, incluso el día de ayer (la agresión a Rocha y el secuestro de Rito), de manera muy nítida, actúe en consecuencia".

Aunque de inmediato estableció el funcionario estatal que la fuerza pública no es el medio para resolver el conflicto político de la entidad, pero demandó que la Federación haga valer las leyes que restablezcan el Estado de derecho en la capital oaxaqueña, aunque advirtió al presidente Fox que "las autoridades federales deben constatar y aceptar con toda claridad que hay una exigencia de ciudadanos, no para reprimir, sino para que se brinde la seguridad".

Los organismos cupulares del sector privado del país, que representan los intereses de los comerciantes, empresarios, de los demás hombres de negocios y en general de los grupos productivos de Oaxaca y del país, fueron más específicos en sus demandas, que se traducen en que el Estado, entiéndase el Estado mexicano, entiéndase el presidente Fox, debe usar ya la fuerza pública para terminar con el plantón magisterial, ante las fallas en el diálogo y las pérdidas económicas que reporta el sector productivo.

Mas los tres organismos empresariales quieren que se use la fuerza contra la APPO sin que ello implique "violencia, golpes, sangre o heridos". Los tres organismos empresariales quieren que se use la fuerza contra la APPO, ya que la negociación ha fracasado, mas "dentro del respeto a los derechos humanos y evitando la violencia excesiva". Los tres organismos empresariales coinciden en que ninguna solución ha funcionado, por lo que ya es hora de intervenir contra la APPO con toda la fuerza del Estado, pero sin tocar a ningún invasor ni con el pétalo de una granada de humo en flor."

En qué quedamos? Si las cosas pudieran arreglarse sin despeinar a nadie, no se habrían descompuesto nunca. Si el conflicto ha llegado a sus presentes circunstancias ha sido precisamente porque la vía pacífica de solución se volvió imposible, como lo reconocen los propios dirigentes empresariales y políticos de Oaxaca.

¿Cómo esperan los líderes empresariales nacionales y el secretario de Gobierno oaxaqueño que la policía federal o el Ejército recuperen la plaza tomada sin que ello implique "violencia, golpes, sangre o heridos"? Claro que nadie desea "violencia, golpes, sangre o heridos" ni en Oaxaca ni en ninguna otra parte. Pero precisamente porque nadie desea eso, es que se demanda el ejercicio de la fuerza del Estado. Pero se demanda también, aunque eso no lo han dicho los solicitantes de una fuerza pública sin fuerza, un compromiso de los actores sociales cuando se trata de rescatar a la sociedad.

Los señores empresarios y el gobierno de Oaxaca quieren que el presidente Fox los saque, a como dé lugar, del apuro en el que se encuentran, pero no están dispuestos a comprometerse para apoyar las acciones presidenciales si el uso de la fuerza que le piden se ejerce con el uso de la fuerza y alguno de los vándalos, asaltantes e invasores resulta maltratado.

Claro que, puesto así, el Presidente no les va a mandar ni a la policía federal ni al Ejército. Y no lo va a hacer porque, igual que ellos, igual que los empresarios y el secretario de Gobierno Díaz, Fox no quiere comprometerse.

Ni que fuera Díaz Ordaz.

Correo electrónico: diazgarza@gmail.com

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