sábado, octubre 14, 2006

Alternancia perdida
Felipe Díaz Garza
Reforma
La causa del conflicto de Oaxaca, cuya solución se percibe cada vez más lejana, aunque las fantasías bipolares del foxato anuncien mentirosamente el acuerdo de paz, fue la exigencia de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que agrupa a los maestros de esa entidad, de que sus miembros fueran reclasificados y elevados de la zona dos, que comprende al estado istmeño, a la zona tres, para ser homologados en salarios y prestaciones con sus colegas de otros estados.


La razón original para no acceder a la demanda de los maestros fue la incapacidad económica de los gobiernos estatal y federal para atender la demanda sindical. El conflicto estalló en huelga y fue seguido, en apoyo al SNTE primero y con motivos particulares después, por la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, cuyas exigencias políticas, sumadas a las económicas de los maestros, incluyen hoy la destitución del gobernador del estado y de un elevado número de sus funcionarios.


Para apoyar sus demandas y forzar el otorgamiento de lo pedido, maestros y asambleístas, usted lo sabe sobradamente, mantienen desde hace varios meses prácticamente en estado de sitio la capital del estado, la ciudad de Oaxaca.


En los últimos días el gobierno federal se ha involucrado en la "negociación" de la liberación, después de que rehuyó reiteradamente participar, aduciendo incompetencia. Curiosamente ahora que participa, el secretario de Gobernación ofrece cosas que no son de su competencia, lo que antes aducía que no podía hacer.


Entre los ofrecimientos a los alzados de la incompetencia de Abascal están las cabezas de los funcionarios estatales del área de procuración de justicia, a cambio de que le entreguen, a él, no al gobernador oaxaqueño, la plaza tomada. También ha ofrecido, como si fuera el titular de la SEP, rezonificar a los maestros de Oaxaca en un plazo de seis años, los del gobierno de Felipe Calderón. La homologación de los mentores oaxaqueños costará mil millones de pesos.


Los maestros y los asambleístas no acaban, sin embargo, de aceptar los términos de la rendición de Abascal. Sus demandas siguen en aumento conforme el gobierno va cediendo. ¿Por qué no? Al principio el estado y la Federación se decían insolventes y quizás lo eran. Mas hoy, unos cuantos meses más tarde, ofrecen mil millones de pesos, sólo para los maestros oaxaqueños, que quizás no tengan en la bolsa pero que sacarán de algún "guardadito" fiscal. Tampoco era negociable la renuncia de nadie y hoy van en el paquete de homologación las decapitaciones de los oficiales oaxaqueños de la ley.


Los rebeldes seguirán pidiendo imposibles, aún después de que logren sus propósitos. Si les dan lo que piden, que ya lo ha ofrecido el secretario Abascal, aunque están haciendo como que lo desprecian, seguirán pidiendo hasta la eternidad y tomarán la plaza cada vez que se les ofrezca cambio para el mandado.


Además el ejemplo fructificará. Fructificó esta semana en la soberbia con que el dirigente de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) amenazó al pueblo de México con un paro nacional de burócratas si el gobierno de Fox no le otorga a cada uno de los 2 millones 466 mil burócratas miembros de esa federación sindical un bono de despedida de cuando menos mil 800 pesos, que fue lo que el priista Zedillo les obsequió graciosamente hace seis años.


Entiéndase bien. No es una indemnización por despido del trabajador. Estos trabajadores no se van, brincos diéramos y hasta gustosamente les pagáramos su bono. El que se va es el presidente Fox, al que le exigen un regalo de despedida, que costará, si se mantiene en los mil 800 pesos por cabeza que Zedillo les regaló al irse, más o menos 4 mil 500 millones de pesos. "Si el problema de Oaxaca ha sido pesado, imagínese un movimiento nacional en donde se paraliza el país", amenazó el dirigente de la Federación, Joel Ayala, y advirtió insolentemente que "no estaremos en una situación de amenaza, sino, simplemente, vamos a avisarles, no alteren más el problema de México, que de por sí ya hay problemas mayores".


Ayala ya señaló culpable: "el obstáculo que hemos tenido es con el subsecretario de Egresos, Carlos Hurtado, que siempre dice no, pero históricamente las conquistas se defienden". El martes próximo, igual que el lunes pasado los asambleístas y maestros de Oaxaca con Abascal, el líder de la FSTSE, apadrinado por el experto padrino Emilio Gamboa, "dialogarán", dice el amenazador líder de la burocracia, con el secretario de Hacienda Gil Díaz. ¿Les ofrecerá éste la cabeza de su subsecretario en una charola, junto con los 4 mil 500 millones de pesos de obsequio presidencial de despedida? Claro que lo hará y, entonces, le pedirán más y más y más, porque los buenos ejemplos fructifican.


La extorsión satisfecha provoca necesariamente una espiral. Este gobierno alternante tuvo la oportunidad de romper el circuito de chantaje pagado que nos obligaron a circular los gobiernos priistas, cuya última estación fue el zedillato que hace seis años pagó tributo de despedida a los burócratas, a los mismos burócratas que hoy amenazan al pueblo de México, a través de Fox, para que les volvamos a pagar el chantaje. El alternante perdió su primera oportunidad frente a los macheteros de Atenco, la segunda frente al plantón de López Obrador y la tercera frente a los maestros y los asambleístas de Oaxaca. ¿Perderá la cuarta frente a los burócratas pedinches?


Yo creo que sí. Lo sabremos de cierto el martes.

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