domingo, noviembre 26, 2006

Luna de miel anticipada
Felipe Díaz Garza


Los secretarios de Hacienda, Gil Díaz y Carstens, han coincidido en que la desaceleración económica de Estados Unidos impactará negativamente a la economía mexicana en 2007. El subsecretario Werner anunció que la previsión del PIB para 2007 es que crezca menos que en el 2006, lo que provocará un descenso de 25 por ciento en la creación de empleos. Gil dice que el país enfrentará una reducción en los precios de sus materias primas, entre ellas el petróleo, debido fundamentalmente a la desaceleración económica mundial, al constante flujo de crudo desde Medio Oriente y al fin de la temporada de huracanes en el Golfo.

Agustín Carstens ha señalado también que tendremos una desaceleración, en función de lo que está pasando en el mercado hipotecario de Estados Unidos, lo que tiene un impacto sobre nuestra actividad económica, aunque, dijo el nuevo secretario de Hacienda: "a diferencia de otros años, tenemos un sector hipotecario nacional que está respondiendo bastante bien y eso nos amortigua el impacto de la desaceleración de los Estados Unidos, pero no es suficiente como para completamente compensar la desaceleración de la economía de Estados Unidos". Me he referido a Carstens como el nuevo secretario porque él y Felipe Calderón ya están actuando como funcionarios aunque no sea efectiva todavía la vigencia de sus cargos.

Las autoridades literales y las virtuales se han cuidado de expresar las previsiones económicas negativas en un tono no demasiado alarmante, dada la situación económica hipotética laxa por la que atravesamos. Pero una realidad global estricta, lo saben Carstens, Díaz, Fox y Calderón, puede convertir esas previsiones en una catástrofe que destruya nuestro sistema económico al principio del sexenio calderonista, como sucedió efectivamente en el primer mes del sexenio zedillista.

En ese marco y aunque no se haya atribuido a dichas previsiones negativas, fue que Hacienda, la de Gil Díaz, sin duda por instrucción presidencial de Fox, instrumentó un recorte de casi 5 mil millones de pesos al Programa de Apoyos para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas (PAFEF), argumentando que los recursos cancelados a los estados serían utilizados para completar una partida de ampliación al gasto de 26 mil 600 millones de pesos, que la anterior Legislatura aprobó para el presupuesto del Seguro Social en el 2006, además de que la anterior Legislatura aprobó para el 2006 un gasto que excedía los ingresos federales. El recorte se aplicaría en los meses o semanas de este año, prácticamente de este periodo presidencial, que quedan por transcurrir.

Los gobernadores se amotinaron contra la orden y contra la oferta de Fox y Gil de compensarlos parcialmente con anticipos de las participaciones federales y con los excedentes petroleros, a los que los gobernadores sienten que tienen derecho, especialmente si el próximo año se caerá el precio del petróleo y con ello los excedentes. Aquí entraron al quite Calderón y Carstens, anticipando la vigencia efectiva de sus respectivas funciones.

El presidente Calderón gestionó con el presidente Fox la cancelación del recorte y sus gestiones fueron favorables, anunció melosamente un diputado priista, por lo que en breve les van a devolver el dinero a los estados. Felipe Calderón mismo informó así al grupo parlamentario del PRI en el Congreso de la Unión. El presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, el meloso priista Jorge Estefan Chidiac, declaró: "Reconocemos en el presidente electo su disposición, no solamente para el diálogo, porque no sólo nos escuchó, sino que tomó en cuenta lo que se le mencionó, tomó nota y actuó".

Las previsiones críticas son para 2007, que empieza dentro de solo un mes y días, como las previsiones críticas del final del salinato eran para el año de 1995, mas el feo grano reventó en diciembre de 1994. No tiene por qué ser lo mismo ahora, mas tampoco tiene por qué no serlo. Pero la desaceleración disminuirá el PIB, abatirá los precios de las materias primas que son la base de nuestra economía, creará desempleo, provocará aumentos en los precios de bienes duraderos, productos de consumo y servicios, golpeará al peso a la baja, acariciará al dolar a la alza y, leve o catastrófica, nos hará otra vez más pobres a los pobres y más ricos a los ricos.

En ese contexto fatal me parece una tontería desaprovechar la oportunidad de ahorrar unos cuantos miles de millones de pesos con el recorte y empezar a familiarizarnos con la disminución de gastos, antes de que alcancemos o nos alcance el destino financiero. Más tontería me parece que el ahorro que íbamos a hacer, con recursos presupuestales no ejercidos por estados sin capacidad de ejercerlos, lo gastemos en un arranque populista del presidente electo y del que será su secretario de Hacienda, quienes, aunque se comportan indebidamente como tales, aún no son presidente de la República ni secretario de Hacienda.

No cumplen todavía el encargo, pero Calderón ya es popular entre la tropa de gobernadores "porque no sólo nos escuchó, sino que tomó en cuenta lo que se le mencionó, tomó nota y actuó" y porque les aventó unos cuantos billetes que ni siquiera tienen capacidad de gastar. Y el "secre" de Hacienda es taaan inteligente, dicen hoy los melosos diputados priistas, pastoreados por el meloso Gamboa.

Lo peor de todo es que Calderón dejó claro, por si nos quedó alguna duda en Oaxaca, que el motín rinde dividendos.
Otro gobierno panista que cambia las cosas para que sigan iguales.

Correo electrónico: diazgarza@gmail.com

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